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La dislexia TAMBIÉN puede ser adquirida por Daño Cerebral

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Seguro que has oído hablar de la dislexia: tal vez un primo, el hijo de un amigo o incluso un compañero de trabajo que tiene dificultades para leer con fluidez o comprender lo que ha leído. Normalmente, la asociamos a problemas de aprendizaje presentes desde la infancia. Sin embargo, existe una forma menos conocida: la dislexia adquirida. Este trastorno puede aparecer de forma repentina como consecuencia de un daño cerebral, afectando a personas que previamente no presentaban dificultades con la lectura y la escritura. Un cambio inesperado que transforma por completo su relación con el lenguaje escrito y hablado.

Para entender mejor este tipo de dislexia, primero expliquemos qué es y cómo se origina.


¿QUÉ ES LA DISLEXIA ADQUIRIDA?


La dislexia adquirida se presenta cuando una lesión cerebral afecta las áreas encargadas del lenguaje. Puede ser causada por un accidente cerebrovascular (ICTUS), un traumatismo craneoencefálico, un tumor cerebral o enfermedades neurodegenerativas. A diferencia de la dislexia evolutiva, que se desarrolla desde la infancia debido a factores genéticos y neurobiológicos, la adquirida aparece de forma inesperada y altera habilidades previamente consolidadas.


Los especialistas señalan que este tipo de dislexia provoca dificultades para procesar la información visual y auditiva necesaria para leer y escribir. Por ejemplo, una persona con dislexia adquirida puede tener problemas para leer y entender un mensaje de texto o escribir correctamente una nota, tareas que antes realizaba sin esfuerzo.


¿EXISTEN DIFERENCIAS ENTRE LA DISLEXIA EVOLUTIVA Y DISLEXIA ADQUIRIDA?


¡Sí, y son significativas! Aunque ambas afectan la lectura y la escritura, difieren en sus causas y en cómo se manifiestan:


Las manifestaciones de la dislexia adquirida pueden variar según las áreas del cerebro afectadas. A continuación, explicamos los principales tipos.


TIPOS DE DISLEXIA ADQUIRIDA


La dislexia adquirida se clasifica en dos grandes categorías según el tipo de procesamiento afectado:


DISLEXIAS CENTRALES: Estas afectan directamente las habilidades lingüísticas de lectura y escritura, como la interpretación, comprensión y producción del lenguaje escrito.



DISLEXIAS PERIFÉRICAS: Estas afectan aspectos visuales y atencionales de la lectura, como el reconocimiento de letras o palabras, o la capacidad de mantener la atención en el texto.


Entender estos tipos ayuda a personalizar las estrategias de rehabilitación para abordar tanto la lectura como la escritura. Por ejemplo, en la dislexia fonológica se priorizan ejercicios para reforzar la conexión entre sonidos y letras, mientras que en la superficial se trabaja en el reconocimiento visual de palabras completas.


UN DESAFÍO PARA LA LECTURA Y LA ESCRITURA


La dislexia adquirida no solo afecta la lectura, sino también la escritura. Muchas personas experimentan dificultades para construir frases coherentes, omiten letras o incluso escriben palabras sin sentido, un fenómeno conocido como agrafia. Estos cambios, que ocurren de manera abrupta tras una lesión cerebral, generan un impacto emocional significativo, afectando la autoestima y la independencia.

A diferencia de la dislexia evolutiva, donde los problemas de escritura surgen de un desarrollo neurobiológico atípico desde la infancia, en la dislexia adquirida los cambios suelen ser más inesperados y radicales. Por ello, es fundamental una evaluación detallada y un tratamiento adaptado a las necesidades individuales.


¿QUÉ PODEMOS HACER?


Entender la dislexia adquirida es clave para sensibilizarnos sobre los desafíos que enfrentan quienes la padecen. Este trastorno no solo afecta habilidades prácticas, sino

que también deja huellas emocionales profundas. Sin embargo, con el apoyo adecuado, es posible superar estos retos y recuperar la confianza en las propias capacidades.

Con un diagnóstico temprano y un enfoque interdisciplinario que combine neuropsicología y logopedia, es posible mejorar la calidad de vida de las personas con dislexia adquirida. Los programas de rehabilitación no solo se enfocan en recuperar habilidades de lectura y escritura, sino también en ayudar a nuestros usuarios a adaptarse a nuevas formas de comunicación.



Elisa Martínez Calva

Logopeda Col. Nº 28/1525


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